Todo se puede volver tendencia y disfrazarse con un eufemismo. Al coworking y al coliving les ha salido ahora un pariente castizo: la vuelta al campo. Un poco más honesta esta palabra, menos empapada de mercadotecnia. También menos grandilocuente que su versión “la vuelta a la naturaleza”, menos épica y aventurera, porque además la naturaleza ya prácticamente no existe: existen el campo y el paisaje.
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