La plaga/Los políticos

 

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Teatro; Funambulista 2007.

José Ovejero, escritor versátil donde los haya, se atreve ahora con el teatro, rompiendo con la concepción tradicional del género. Los políticos, ácida sátira del mundo de la política (deseo de poder, ambición y falta de escrúpulos), hace gala de un diálogo fluido, mordaz y a veces hasta absurdo, que refleja el ambiguo y descafeinado discurso que los destinados a dirigir el mundo transmiten a la población.

Un político de derechas y otro de izquierdas esperan, tras sendos atriles, a que llegue su público elector, para dar comienzo a su mitin. El escenario se convertirá en tribuna para los oradores y los espectadores. Pero… ¿de quién es el electorado presente? Y lo que es más grave: los políticos, ¿qué ideas defienden? En un juego casi circense y dependiendo de la reacción del público o de la ausencia de la misma, ante las interpelaciones de los intérpretes, Ovejero sugiere diálogos alternativos, pero siempre certeros.

En La plaga nos presenta una galería de personajes, reflejo de una burguesía estandarizada. Dos matrimonios que han llegado a la cincuentena y una pareja formada por un joven y una mujer algo más madura pasan sus vacaciones veraniegas en la costa. El conflicto surge cuando una plaga de supuestas moscas —no claramente definida, de origen y repercusión desconocidos— comienza a invadir los apartamentos de las tres parejas reduciéndoles de forma lenta y progresiva su espacio físico y vital.

Estas dos obras con hondo calado político y metafísico —que recuerdan en cierto sentido a algunas de Sartre y de Dürrenmatt— no dejarán indiferente al lector que, gracias al arte de contar historias de Ovejero, logrará «visualizarlas». ¿Quién dijo que leer teatro era aburrido?