Este artículo no pertenece estrictamente a Esto no es un blog, pero como esto no es un blog, me tomo la libertad de añadirlo aquí.
Hace bastantes años estuve en una manifestación convocada por movimientos antiglobalización en Roma. La mayoría de los presentes caminaba (hombres y mujeres jóvenes, hombres y mujeres mayores, niños) por una ancha avenida, despacio, confiados, muchos hablando de sus cosas, ni siquiera de temas políticos. La policía flanqueaba la marcha, no sé ya si atentos, tensos, o distendidos. Un grupo de jóvenes, vestidos de negro, enmascarados con verdugos, portaba delante de sí un cojín hinchable, alargado, de dos o tres metros, y con él empezaron a empujar a los policías que se encontraban junto al paseo… leer más