La lluvia, en Bonn, no es una cosa que sucede en el pasado. La lluvia aquí es un accesorio de la existencia: respiras, cantas, envejeces, llueve. La lluvia no sucede; suceden las demás cosas; llover es la forma natural en la que amanece y anochece. Nadie anuncia “está lloviendo”: miras hacia lo alto y dejas que el sol te lave la cara…
Y el resto de la entrada, como de costumbre, en Zenda Libros:
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